Rubén Martín: “El Club Inclucina es lo mejor que he hecho fuera de mi cocina”

El jefe de cocina en Casa y Tinelo, es un apasionado de los productos aragoneses y de cercanía. Recientemente ganador del Concurso de Tapas de Zaragoza, con esta edición del Club Inclucina, la primera en la que participa, se lleva “una experiencia única, satisfactoria personal y profesionalmente y muy enriquecedora”.

 

¿Cuál es tu trayectoria como cocinero?

Cursé mis estudios en la escuela de hostelería de Miralbueno y a los pocos meses mi andadura profesional comenzó por los mejores restaurantes de la capital aragonesa, como La Matilda, donde coincidí durante 5 años con el televisivo Daniel Yranzo. También he trabajado con chefs como Carmelo Bosque o Manolo Barranco. Finalmente, hace 5 años, empecé a formar parte del equipo de Casa y Tinelo, con el que me identifiqué por el uso de productos ecológicos o de ganadería propia, consiguiendo platos cercanos y de materia prima de primera calidad. Por otro lado, en los últimos años, he formado parte del programa de televisión «La batalla de las tapas» como director culinario. Además, asesoro a varios restaurantes y doy clases en una escuela de cocina de la comarca de Caspe.

¿Por qué has elegido esta receta para el Club Inclucina?

En mi cocina no puede faltar la borraja y quería incluirla en esta receta de un modo en el que los chicos y chicas del Club Inclucina pudieran hacerla en sus casas. Respecto al salmón, creo que hay que comer de todo y era una forma de incluir el pescado de una manera original, además de que los jóvenes aprendieran a manipularlo.

¿Cómo ha sido tu participación en el Club Inclucina?

Me daba envidia no participar en esta iniciativa y cuando me llamaron sentí una gran emoción. Me llevo una experiencia única, satisfactoria personal y profesionalmente y muy enriquecedora. Hasta el momento y sin lugar a duda, es lo mejor que he hecho fuera de mi cocina.

¿Qué has aprendido juntos a los alumnos de Atades?

Me he dado cuenta de lo que puedes llegar a transmitir a los alumnos sin querer. De lo felices que los puedes hacer con tan poco. Pero sobre todo lo meticulosos que son, lo limpios y agradecidos que pueden llegar a ser. Y sin duda la sonrisa que me han arrancado cada minuto con ellos al ver lo felices que son.



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